El último botón de mi copa más alta
Haces una cruz de mis sentidos
Con tus manos de terciopelo
No somos senda fija, sino rosa de vientos
El nudo de miles de microcosmos,
Diseminándose como cometas
Y congeladas en un breve soplo
Te mueves como lo hacen las flores
Cuando las empuja el peso del cielo
Con sus estrellas como testigos
De éste, el movimiento más grandioso
Naces para mí como una aureola
La providencia te sopló como a un ave
Del ballet párvulo de los planetas
Y cómo les silba Dios en las
barbas
Somos una fusa al aire
Cual vestigio del tiempo
Diluyéndonos en el silencio